Mal Espíritu vs Buen Espíritu; Resultado en tus manos!
En esta época del año como lo es la navidad, donde nos preparamos para recibir al niño Dios, es un tiempo perfecto para que el enemigo quiera ensuciar nuestro corazón, llevándonos a caer en el mal espíritu, NOSOTROS tenemos el deber de luchar contra esto, ¿y cómo lo podemos hacer?, pues la única manera de que tengamos la fuerza para salir victorioso de esta lucha es aferrándonos a Dios, y pedirle a su Madre María que no nos desampare.
A continuación diferencias entre el Buen y el Mal Espíritu, según San Ignacio de Loyola:
Tanto el buen como el mal espíritu son impulsos, mociones o fuerzas internas que se mueven en el ser humano.
Cuando discernimos con madurez, el Espíritu Santo nos ayuda a descubrir cuándo estamos actuando bajo es el espíritu del bien y cuándo bajo el espíritu del mal.
COMPORTAMIENTO DEL MAL ESPÍRITU (viene del maligno)
Viene del maligno y los que viven bajo estos impulsos, dice San Ignacio de Loyola que “VAN DE MAL EN PEOR BAJANDO”.
· El mal espíritu busca alejarnos del camino de Dios
· Quiere que nos mantengamos hundidos en el pecado y no le interesa para nada que nos convirtamos
· Busca que las personas se sientan a gusto en la maldad
· Le propone al ser humano placeres mundanos y aparentes
· Lo hace sentir vacío internamente y amargado
· Le hace imaginar deleites sensuales para conservarlo y aumentarle sus vicios y pecados
· Nos lleva de pesimismo en pesimismo para no avanzar en la vida espiritual
· Debilita nuestros buenos propósitos
· Nos entristece y deprime
· Nos pone falsas razones, disfrazándose como ángel de luz (eso no es pecado, tengo mis derechos, mentiras piadosas etc.)
· Le hace sentir como a San Ignacio gozo y placer momentáneo de las cosas mundanas
COMPORTAMIENTO DEL BUEN ESPÍRITU (viene de Dios)
La persona que es movida siempre por el buen espíritu y se deja llevar de estos impulsos, san Ignacio dice que “VA DE BIEN EN MEJOR SUBIENDO”
· El buen espíritu busca acercarnos más y más a Dios
· Quiere sacarnos del pecado
· Crea en nosotros insatisfacción, inquietud y remordimiento para que caiga en cuenta del engaño del maligno que me quiere hacer caer
en el pecado
· Nos proporciona ayudas para a avanzar en la vida espiritual
· Nos anima y da fuerza
· Sugiere soluciones e inspira nuevos cambios
· Nos produce consolación, alegría, entusiasmo para hacer todo lo bueno
· Nos causa paz interior
· Quita todos los impedimentos que existen para que la persona, la familia, el grupo siga progresando en el camino del bien, de la salvación
· Me hace entrar en razón, pensando ¿de qué me sirve ganar fama, dinero, bienes materiales, si me pierdo a mí mismo, si voy perdiendo mi alma?
· Me hace sentir gozo y paz duradera cuando pienso y me decido a tomar el camino de Dios como a San Ignacio en su convalecencia cuando leía la vida de Cristo y de los santos