Jesús, mi Guía
Definitivamente el aspecto que más me ha marcado de Jesús, es el de un Jesús guía, un Jesús que sabe llegar con amor a los más necesitados y angustiados, un Jesús que pone las personas y las palabras que son las necesarias para poder llegar a nosotros y así poder seguir nuestro camino que es ÉL. No es aquel que dice lo que queremos escuchar, ya que nadie “ni loco” deja a su familia por seguir a alguien, nadie quiere que le digan “deja todas tus riquezas y sígueme, y dale lo que tienes a los pobres” (Lc. 18, 18-23); es decir no se comporta como el Demagogo que le dice al pueblo lo que quiere oír, pero a pesar de esto, sabe usar las palabras necesarias para llegar a cada uno de nosotros, nos pone exigencias, nos hace tomar posición como lo hizo ÉL, pero no nos obliga, es decir nosotros somos los que decidimos cual es la posición que vamos a tomar, Él lo único que nos dice es que seamos valientes, Él nos acompaña y que no tengamos miedo, Él está con nosotros como dijo a los Apóstoles “¡Calma¡ Soy yo, no tengan miedo” y por si fuera poco además que nos acompaña en el camino nos dice que tendremos una recompensa “gigantesca”, utilizo esta palabra porque no es cualquier cosa, no nos promete una nota, un carro, una salida, NO, nos promete cosas tan grandes como ÉL; “Les aseguro que cualquiera que por causa del reino de Dios haya dejado casa, hermano, padres, hijos, recibirá mucho más en la vida presente, en la vida venidera, recibirá la vida eterna”, y esto no lo digo yo, es Palabra de Dios.
También se puede decir que es un guía que da libertades, cada quien decide el camino que quiere tomar, ÉL solo se ofrece como Sastre y que nosotros seamos la tela, ÉL nos abre la puerta del taxi y nos dice que nosotros decidamos a donde vamos, es decir el camino que tomaremos, y por si fuera poco nos da una compañera de camino que es María. Es un guía humilde, nos deja hablarle, nos escucha, no es de esos que porque llevan mas camino recorrido creen que se la saben todas, incluso llega a inclinarse ante nosotros, y en ocasiones hace nuestro trabajo. Es paciente si nos tiene que explicar las cosas “70 veces 7” pues lo hace, si retrocedemos en nuestro caminar Él nos acompaña y nos levanta, si nos tiene que defender de un grupo de personas lo hace, como lo hizo con la mujer adultera (Jn. 8, 1-11). Por lo tanto es un guía cercano, que vive, sufre y ríe con nosotros, es aquel en que vamos a encontrar siempre esa palabra de aliento.
Para mí es el guía a quien debemos acudir, aunque es amoroso, paciente, cercano, compresivo, misericordioso, etc., nos da miedo en muchas oportunidades acercarnos a ÉL, y oír su voz, yo me pregunto ¿Por qué?, además nos demuestra que con Él todo está bien, pero igual a nosotros nos falta mucha de esa valentía que tenia Jesús y han tenido grandes Santos de nuestra Iglesia. Pero nada hay que ser valiente, no es solo hablar y creérselas todas, sino demostrar el amor que tenemos a Él, con valentía, viéndolo en el mas necesitado no solo en lo material, sino necesitado de amor, cariño y sed de Dios.
Para mi ese es Jesús, claro que me faltan millones de características más, pero de los Ejercicios Espirituales me voy con esa imagen de Dios, un Dios “guía”
“Déjame llegar a ti, por medio de ti”
“Quiero conocerte más Señor, para terminarme de enamorar de Ti”
Israel David
Macreyista Salesiano