El niño que jugaba a ser Santo
Dotado de una naturaleza suave y de un corazón muy inclinado a la piedad para con Dios y al buen trato con la gente, y sobre todo su amor a Dios y a la Virgen, vivió sus 15 años de vida Santo Domingo Savio, un niño Santo que prefería morir antes que Pecar
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- Nacimiento y Primeros años de Vida:
El 2 de abril de 1842, en un humilde hogar de Riva de Piamonte en Italia, nace Domingo, sus padres fueron Carlos Savio un humilde herrero, que de joven manifestaba su deseo de ser Sacerdote, y Brígida quien era una humilde campesina. Desde muy pequeño la mejor virtud de Domingo era el de obedecer en todo a sus padres, incluso a veces adivinaba lo que le iban a mandar y lo hacía antes que se lo ordenaran, es decir “miraba mas allá de lo obvio”
“Cuando por las tardes Domingo salía a saludarme tan cariñosamente y a decirme que en pago de lo que yo trabajaba por la familia, él rezaría mucho por mí, yo me sentía muy satisfecho, porque esto me demostraba que el niño tenía un corazón muy agradecido, lo cual es señal de una buena personalidad”, esto lo afirmaba su padre.
La mejor escuela para Domingo eran las rodillas de su madre, Mama Brígida se esmero por enseñar muy bien la religión a Dominguito, a los 4 años el niño ya rezaba solo oraciones como el Padrenuestro, el Avemaría, el Credo y la Salve. Sus padres no le tenían que recordar, la oración por las mañanas y por las noches, incluso antes de sentarse a la mesa a gustar los alimentos que con tanto sacrificio los padres de Domingo llevaban al hogar, incluso Domingo era el que les acordaba a sus padres a veces cuando cansados del trabajo olvidaban darle gracias a Dios.
- Primera Comunión y sus Primeros Estudios:
A pesar de sus 7 años, Domingo fue admitido para poder prepararse para hacer su Primera Comunión, ya que se sabía perfectamente el Catecismo y sus deseos eran grandísimos de poder recibir a Jesús Sacramentado, luego de haber consultado a diferente Sacerdotes, y ellos al saber de lo Santo que era el jovencito, aconsejaron que sin duda alguna se le debía permitir hacer su Primera Comunión, esto se debe a que la Primera Comunión se solo se podía hacer a los 12 años.
Lo primero que hizo antes de su Primera Confesión fue un día antes pedirle perdón a su madre por todos los disgustos que le había causado y le prometió portarse mejor, ser aplicado en la escuela, respetuoso con los mayores y muy obediente en todo, su madre muy conmovida, ya que Domingo no le había causado sino alegrías le dijo: “vete tranquilo, querido Domingo, pues todo esta perdonado; ruega a Dios para que te conserve siempre bueno y reza mucho por tu mamá y tu papa”. La mañana de aquel día 8 de abril de 1849, se levanto muy temprano se puso su mejor traje y se fue a la Iglesia, fue el primero en entrar y el último en salir. En todo ese tiempo Domingo no sabía si estaba en el cielo o en la tierra, tan emocionado estaba que siempre recordó ese día como el más bello de todos los que vivió, y esta fecha puede considerarse como el verdadero principio de su santidad, ya que antes de ese día había sido sencillamente un niño bueno, desde ahora empezó a ser un niño Santo. Años después al hablar de su Primera Comunión Domingo con un brillo de alegría en sus ojos y todo su rostro exclamaba: “Ah: aquel día fue para mí un día grande. El día más hermoso”.
Al volver a su casa luego de comulgar por primera vez, Savio redactó una tarjeta, que se ha hecho famosa en todo el mundo y que guardo para siempre en su libro de oración, y la leía a menudo para cumplirla siempre, esa tarjeta decía lo siguiente:
1) Mis amigos serán Jesús y María.
2) Santificare los días de fiesta, y en ellos me confesare y comulgaré.
3) Prefiero morir antes de pecar.
Y esos 3 propósitos lo cumplió hasta el fin de su vida, sus dos grandes amistades fueron Jesús, por quien todo soporta con gusto, y a quien ofrecía todo lo que hacía. Y María, para quien fue el hijo más cariñoso.
En el pueblo de Domingo solo había los primeros cursos de la escuela, ¿Cómo hizo este para estudiar 4to. Y 5to de Primaria?
Pues decidió hacer Sacrificio, y empezó a estudiar en un pueblo vecino, Castelnuovo; y hacia todos los días la caminata de 80 cuadras desde su casa hasta la escuela, y lloviera, tronara o relampagueara Domingo iba a su escuela, ya que su deseo por estudiar era mayor a cualquier cosa. Una vez iba de camino a la escuela Domingo y se encontró con un campesino, este le pregunto; ¿no te da miedo viajar solo por estos caminos?, Domingo respondió; “yo no viajo solo. Mi ángel de la guarda me acompaña siempre”, el campesino le añade; ¿no te parece muy pesado y fatigoso tener que hacer esta caminata todos los días?, Domingo haciéndole honor a su apellido le respondió de manera Sabia; “No señor, porque yo lo hago por un Jefe que paga muy bien todo lo que se hace por ÉL. Ese Jefe es Nuestro Señor y ÉL no deja sin recompensa nada lo que por ÉL se hace.”
El 1ro de Octubre de 1854, Domingo Savio se iba encontrar con quien fue su guía espiritual y confesor, Don Bosco, de inmediato Don Bosco afirma que se quedo maravillado al darse cuenta de las maravillas que la gracia de Dios habría obrado en un niño de tan corta edad. Luego de una larga conversación nace aquella reconocida Frase del pequeño Domingo a Don Bosco; “Padre yo soy el paño, y usted el sastre, haga de mí un buen traje para Nuestro Señor.” Y así Domingo Savio fue aceptado en el colegio de Don Bosco llamado, “El Oratorio”
- Domingo y sus compañeros de escuela:
Domingo siempre fue un niño que sobresalía de los demás niños, durante el desorden de las clases, Domingo no participaba en estos ya que él sabe que Dios ve y lleva cuenta de todo. Con los compañeros que Domingo veía que eran “tremendos”, que lo que le gustaba era perder el tiempo en vez de estudiar, el joven Domingo procuraba no tratar sino solamente para hacerle un favor o darle un consejo, esto fue unos de sus secretos para mantenerse puro. En cambio cuando veía que un compañero era educado, estudioso y amigo de ir al templo y comulgar, este trataba de hacerle su amigo. Existen una anécdota de Domingo con sus compañeros y es aquel famoso caso de la pelea separada; donde Domingo no tuvo miedo de pararse en el medio de dos compañeros que se iban a lanzar piedras, y de decirles; “ antes de de empezar la pelea repitan Cristo murió perdonando a los que lo crucificaban , y yo pobre pecador no quiero perdonar al que me ofende”, luego de este espectáculo de valentía los compañeros quedaron convencidos, se dieron la mano y pidieron a Domingo que los llevara donde un buen Sacerdote para confesarse. Domingo en los recreos jugaba con los demás muchachos si estos le prometían que se iban a confesar e ir a la Eucaristía más seguido, cuando veía a un compañero solitario se le acercaba y le decía; “Nosotros demostramos la Santidad estando siempre alegres. Además Domingo rompía cualquier revista pornográfica, que llegara al oratorio.
Domingo en los recreos y ratos libres les leía a sus compañeros la vida de Jesús y de algunos Santos, y estos le preguntaban ¿que porque hacia esto?, a lo que Domingo contestaba que si ayuda a salvar un alma, también salvaría la suya.
El único compañero que logro poner triste a Domingo fue, Juan Masaglia, quien fue su amigo inseparable, pero la enfermedad que llevo a la muerte de Masaglia rompió con esta amistad.
- Preparación para la Santidad y la Compañía de la Inmaculada:
Don Bosco le aconsejaba a Domingo, leer libros de grandes Santos, y esto que hizo que el joven admiraba a estos grandes Santos y quisiera ser como ellos, Don Bosco le señalaba de cómo un militar vanidoso y lleno de defectos, al leer la vida de Cristo y de Grandes Santos se convirtió en el gran Fundador de los Jesuitas, San Ignacio, entre otras vidas. Domingo al leer estas vidas que fueron vidas de sacrificio, Domingo empezó a realizar algunos sacrificios raros, uno de ellos es que cepillaba los zapatos llenos de barros de sus compañeros cuando llegaban de jugar, incluso hacia unos sacrificios los cuales Don Bosco no se los dejaba hacer sacrificios como; poner piedras en la sabanas de sus camas para hacer penitencia, y en pleno invierno Domingo con refriado, y a 5 grados bajo cero se cubre solamente con una sabana para hacer penitencia, Don Bosco le prohíbe esto también.
Domingo no sentía el pasar del tiempo, y pasaba largos tiempos en oración junto a Jesús Sacramentado, un día paso desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la tarde, dialogando con Jesús.
Toda la vida de Domingo Savio fue un ejercicio continuo de la devoción a María Santísima, y no dejaba pasar ninguna ocasión de demostrarle su cariño de hijo, es por esto que Domingo reunió a los mejores alumnos del colegio y fundó la Compañía de la Inmaculada, con estos jóvenes 5 años más tarde Don Bosco funda la Congregación Salesiana.
- Muerte y objetivo cumplido; SER SANTO:
Domingo paso toda su vida muy débil ya que sufría de una enfermedad, a los 15 años se enfermo gravemente, Don Bosco se puso en contacto con los mejores médicos, pero estos no pudieron hacer nada ya que estos afirmaban, que su cuerpo ya no era capaz de detener esa alma tan deseosa de ir al Cielo, y es así como el 1 de marzo de 1857 se despide de Don Bosco y de su colegio para vivir sus últimos días en su pueblo junto a su familia. El 9 de marzo de ese mismo año, Domingo muere sanamente, días después se le aparece a su padre en un sueños para agradecerle y decirle que se ha salvado, lo mismo hizo con Don Bosco, cuando el 15 de diciembre de 1876, se le aparece en un sueño, en donde lo guio hacia los jardines del Paraíso.
Domingo empezó a hacer milagros a sus compañeros del oratorio, ya que Don Bosco le señalaba a sus alumnos que se encomendaran a Domingo Savio, y dijeran; Domingo Savio, ruega por mí, y así fue realizando una serie de milagros lo que le permitieron que San Pio X lo declarara venerable, y luego Pio XII, declara Beato a Domingo en 1950, y lo canoniza en el año 1954.