El macreyista del siglo XXI.

02.02.2013 20:35

 

 Veo a mi Venezuela  llorar, las ocho estrellas de mi bandera se tiñen de muertes, hambres, intolerancia, Indiferencia, ODIO, desesperanza, desidia, inconsciencia. Y me pregunto ¿qué nos pasa?  ¿Por qué llora Venezuela? A lo lejos escucho dos voces una culpa al Gobierno y la otra a la Oposición.

 

Antes solo leía  en el periódico expresamente la sección de Deportes y la cartelera de Cine, quise leer todas las secciones y me encuentro con que el reciente mes de Diciembre fue el más violento en los últimos años,  que en lo que va del primer mes del año  ya   han muerto más de un centenar de venezolanos a manos de la Violencia y me sigo preguntando ¿Cómo no va a llorar nuestro país cuando día a día  madres lloran la pérdida  de sus hijos?

No se consigue los alimentos, la mayoría de los venezolanos tienen que hacer largas colas para acceder a estos alimentos, parece que el venezolano tuviera que mendigar para recibir algo que es un derecho y  las  abuelas que sufren de la tensión o tienen dificultades para caminar ¿Cómo hacen las colas? Si no las hacen no se come así de sencillo.

 

Las cárceles del País, recientemente  lo sucedido  en Uribana demuestra que mas que regenerar a la personas  son el punto culmen de la deshumanización de nuestros hermanos.

 

También es muy cierto que una “Bomba hace más ruidos que  sembrar mil flores”, pero tenemos la tentación de conformarnos con alguna que otra buena noticia de algún ámbito que no sea el político y que esto nos aparte de la realidad.

 

Para muchos hay una gran desolación, un clima de tranquilidad se ve lejano, ante tantas propuestas que finalizan con Siglo XXI,  la pregunta para los jóvenes legarianos  ¿Cómo actúa el macreyista en el Siglo XXI?

 

La Fraternidad:

Ser auténticos, no para aplastar ni pasar por encima de nadie, sino para ser y hacer el “Sueño de Dios”, La vida es aquí y ahora, es momento de atreverse de llegar  a la gente, no solo físicamente, sino un acercamiento de corazón.

La Espiritualidad:

Nuestros Pilares San Ignacio y Don Pedro  no se quedaron en un “intimismo” con Dios, dieron el “mas” se “consumieron y agotaron” y toda su relación con Dios la transmitieron a la gente, fueron portadores de buena Energía, fueron transmisores de un Dios cercano, vivo, que caminaba en sus realidades. Que mejor ejemplo que ellos para como jóvenes ser portadores de ESPERANZA.

 

 

El Liderazgo:

Nuestro Buen Dios quiere gente viva, chispa pero sobretodo preparada académicamente, no para quedarnos en el “TENGO UN  TITULO”, “UN DOCTORADO”  sino para poder asumir y dar la cara  ante un país que necesita gente  preparada, que el  joven macreyista puede estar de tú a tú  con cualquier persona ante cualquier situación, claro está  para la mayor gloria de Dios.

El Servicio:

Dar hasta que nos duela,  no es ir  dar un mensaje de aliento y ya, es sentir, padecer la realidad que vive nuestro pueblo. Sinos quedamos en el solo “hay que ser hermanos, ayudarnos etc...” la gente no lo sentirá de la misma  manera que estando con ellos y apoyando.

Macreyistas desde el que va iniciando a los más antiguos, desde nuestras realidades no seamos indiferentes ante nuestra realidad, no seamos cómplices de tantas cosas.  Con el silencio, por el miedo o simplemente por la comodidad.

 

Que nuestra Madre  María Inmaculada  ponga a todos los venezolanos  con su hijo.

“Construimos con Jesús un mundo nuevo.”

 

Isaac Daniel Nsj